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lunes, 5 de noviembre de 2007

Instrumento político

El obsceno e inmoral uso político de la palabra "paz"

Medio Oriente, la región más comprometida que involucra a todo el mundo.

Voy a usar citas de casi todas personas israelíes, personas preocupadas sinceramente por la paz. Una paz que no termina siquiera de pasar a ser algo tangible y si hablamos que han transcurrido sesenta años evidentemente, algo debe pasar para que esto no cristalice.

Hace unos días estaba leyendo a Amos Hoz en una entrevista "Siento por Israel, mi patria, una combinación de amor e ira" me quedé con una apreciación tan simple como profunda. "yo creo que el compromiso es vida y lo contrario de la vida es el fanatismo".

Al observar la escena en el tiempo, uno comprueba cuanta verdad hay en esa definición: se ve el producto de tanto fanatismo omnipotente y opresivo construyendo tanto deseo fanático de venganza. El entorno se extiende mas allá de dos pueblos comprometidos, involucra a muchas etnias autóctonas convertidas en carne de cañón por intereses foráneos de diversas índoles.

El desprecio por la vida (del otro) se ha convertido en algo normal, o mejor dicho nunca ha superado la fase tribal o primitiva (animal) del ser humano.

De un lado y del otro; ¿cuanto fanatismo existirá como para poder despreciar la propia vida en un atentado suicida por un lado y cuanto fanatismo existirá, por el otro, para "apretar y exprimir" de tal manera que se multipliquen esos resultados? El agazapado para la venganza y el controlador con su custodia, Michel Warschawski dice: "Ya no hay un estado israelí, hay una sociedad y hay un ejército".

Dentro de todo este cuadro, se me da a pensar solamente una cosa: compromiso, inteligencia o deseos de superar esta cuestión, casi nulos, contrapuestos con una cantidad de intereses adaptados a un neoliberalismo atroz que desprecia tanto o más al ser, que el comunismo más recalcitrante.

Todos estamos involucrados, por eso siempre pensé, que toda catalogación de izquierda o derecha era improcedente y efectivista, como los es también la cuestión religiosa de estos reclamos y antagonismos fratricidas, al fin y al cabo, la mayoría de los occidentales cristianos somos una consecuencia de Jesús, que era judío y hermanastros de los musulmanes por el primer hijo de Abraham.

Por eso la palabra paz utilizada por cualquiera de las dos partes dentro de este contexto me resulta inmoral y obscena.

En el mundo hay muchos tipos de muros, no solamente los físicos; la PAZ se me hace que es similar a la figura que describe M. Warschawski: "Derribadora de muros y constructora de puentes"