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domingo, 25 de mayo de 2008

Que cosa fuera, de mi...

Me identifico muchísimo con la letra de esta canción


“la Maza”

Si no creyera en la locura
de la garganta del sinsonte

si no creyera que en el monte
se esconde el trino y la pavura.

Si no creyera en la balanza
en la razón del equilibrio
si no creyera en el delirio
si no creyera en la esperanza.

Si no creyera en lo que agencio
si no creyera en mi camino
si no creyera en mi sonido

si no creyera en mi silencio.



que cosa fuera
que cosa fuera la maza sin cantera
un amasijo hecho de cuerdas y tendones

un revoltijo de carne con madera
un instrumento sin mejores resplandores

que lucecitas montadas para escena
que cosa fuera -corazón- que cosa fuera

que cosa fuera la maza sin cantera
un testaferro del traidor de los aplausos

un servidor de pasado en copa nueva
un eternizador de dioses del ocaso

jubilo hervido con trapo y lentejuela
que cosa fuera -corazón- que cosa fuera

que cosa fuera la maza sin cantera
que cosa fuera -corazón- que cosa fuera

que cosa fuera la maza sin cantera.



Si no creyera en lo mas duro
si no creyera en el deseo
si no creyera en lo que creo
si no creyera en algo puro.
Si no creyera en cada herida
si no creyera en la que ronde
si no creyera en lo que esconde
hacerse hermano de la vida.
Si no creyera en quien me escucha
si no creyera en lo que duele
si no creyera en lo que queda
si no creyera en lo que lucha.
Que cosa fuera... Que cosa fuera...

Fuente: musica.com

Silvio Rodríguez


Que cosa fuera, de mi…si no creyera.

viernes, 16 de mayo de 2008

Repaso

Mi reloj temporario no coincide con el almanaque, para mí el año termina y comienza a fin de junio. Es cierto que lo condicionan ciertos factores; una actividad laboral más tranquila que coincide con el receso vacacional y los chicos, que ya están grandes, se manejan solos (queda uno solo en escolaridad primaria). Estas son circunstancias preponderantes para ayudarme a comprender que me siento muy cómodo con esa ubicación en el tiempo.

Mi reloj biológico casi coincide con el de la naturaleza (de estos lares), ella reanuda su tarea a mediados de agosto para mantenerse en reposo a partir de los finales de mayo.




Estaba repasando el álbum fotográfico coincidente con este lapso de tiempo y ordenando algunas para compartir en el blog. He separado algunas para poder representar con imágenes lo que más se refleja en mi interior y he visto automáticamente varias facetas de mis gustos.

Evidentemente creo que le tengo cierta alergia a las aglomeraciones con su burocracia y eso fue desde siempre. Con intermitencia he luchado contra ellas, siempre me han vencido, pero hace ya algún tiempo que he aceptado que existen y trato, no de estar al servicio o pendiente, sino servirme de ellas. No por nada el dicho reza “a los veinte años incendiario y a los cuarenta bombero”.

Vivo a las afueras de una localidad en constante crecimiento y si tuviera que trasladarme preferiría (si pudiera), elegir una vivienda en alguna “aldea” cercana, que una “casa” de la ciudad. De departamentos ni hablemos, preferiría una choza.

No he aprendido a ser “bicho de ciudad” y he comprendido que, como dice una vieja canción de niños “ni lo quiero ser”.

Aunque al principio intenté, no he fumado en toda mi vida ni un solo paquete completo de cigarrillos y eso fue antes de los veinte años; aunque los usé algún tiempo, hace como veinte años que no me coloco un reloj en la muñeca; nunca me gustó la Coca cola ni las hamburguesas, elijo las elaboraciones caseras; creo que la actual publicidad trata de vender en el mejor de los casos solamente el 50% de la verdad y detesto las colas (las de los trámites, no confundan), como el consumo masivo; me gusta la ropa informal y sufro cuando tengo que usar traje; no me gustan las oficinas, ni los trabajos en serie, prefiero las actividades con relaciones sociales y los trabajos con participación mayoritaria del entorno natural, entiendo que ellos si ayudan más realmente a comprender y transitar la vida.

También se y comprendo que todo lo que no me gusta o mejor dicho, la mayoría de las cosas que no me gustan, son en mayor o menor

medida necesarias y creo que mi rechazo, radica más hacia el problema de los sistemas de implementación de las tareas para hacer esos trabajos, pero eso es otro tema mucho más extenso y para exponerlo en otro momento.

No creo en el hombre máquina automatizado, no acepto que me lo impongan ni que me obliguen a imponerlo; creo en la responsabilidad, que para lograrla se necesita un ejercicio de respeto continuo y aunque muchas veces fallemos, no debemos nunca dejar de volver a intentarlo.

Detecto que estos son los motivos principales que me llevaron a elegir las fotos de hoy, en este repaso desde las vacaciones de junio pasado hasta esta estación de otoño.



miércoles, 14 de mayo de 2008

Todos somos peronistas

Otro título podría ser, “Todos dentro de la órbita”

Casi no hay forma de escapar a esta afirmación, queramos o no, vivimos girando en esa órbita. ¿Alguien puede poner esto en duda?

Dentro de ese movimiento confluyen todas las formas y las ideologías disponibles dentro de la política y fuera de ella. Facetas conservadoras, nacionalistas, liberales, demagógicas, entre muchas otras conviven y se suceden con sus opuestas, progresistas, entreguistas, intervencionistas, personalistas, etc., etc., etc., sin que manifiestamente la mayoría cambie radicalmente su apoyo. Dentro de ese movimiento transcurre nuestra vida.

Es el día de hoy que me pregunto, ¿cuántas posibilidades tendría otro gobierno de subsistir, a la vista de los acontecimientos generados con la situación del agro? Esta apreciación es al solo hecho de enumerar una dentro de las tantas que seguramente cada uno podemos recordar en ese mismo sentido.

La coyuntura de nuestro país no nos da por ahora ninguna otra posibilidad, por el momento seguimos girando dentro de las decisiones y los vaivenes de esa corriente política, recordando también que otras experiencia no han sido de ningún modo gratificantes, ni edificantes.

Las ausentes de lujo son la libertad y la democracia que por haberlas desestimado (por no decir algo más duro) es que estamos como estamos. Si hubiéramos adoptado sus beneficios o solamente si hubiéramos continuamente dados pasos en su búsqueda, seguramente no estaríamos permanentemente con el vaso a medio llenar.

Para citar algo en línea, recuerdo la lectura de una noticia de LNOL cuyo título rezaba: Merkel criticó el populismo y afirmó que frena el desarrollo.

La pregunta “del millón” sería la que nos llevara a descubrir por qué se muestran y surgen tales populismos. La respuesta a esa pregunta resulta “la respuesta incómoda” a todos los que afirman, como A. Merkel, desentendiéndose del asunto. Los populismos de turno son directamente proporcionales a las falencias, los abusos, las corruptelas, las entregas (a los intereses foráneos) etc. de los gobiernos de turno, abandonando lisa y llanamente los caminos democráticos.

Internamente nos sucede eso, hay tanta torta para cortar que es como si no interesara nada más que cierta estabilidad individual y abandonamos continuamente las premisas democráticas. Los personajes ensalzados y luego defenestrados son figuritas repetidas que pasan por delante de nuestros ojos como si nada hubiera pasado. Todavía casi nos estamos moviendo dentro de un sistema feudal.

Todo esto también tiene una lectura: al estar escasos de un verdadero camino a la democracia nos estamos privando de una auténtica EDUCACIÓN y por ende, para decirlo gráficamente, “no hemos aprendido a reírnos de nosotros mismos”, no hemos aprendido a reglarnos la posibilidad de crecer comunitariamente y mientras no comencemos a transitar ese camino, estaremos subsistiendo sin políticas de estado, con oposiciones fantasmas, sumidos dentro de la inseguridad jurídica dentro de esta única órbita.