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jueves, 6 de marzo de 2008

Errantes

Nos comportamos como eso, no nos importa de donde venimos, ni quienes fuimos; me parece que no queremos ni recordar lo que somos, no se lo que verdaderamente nos asusta tanto. Estamos tan contaminados de politiquería barata y consumismo globalizado que no nos damos cuenta de todo lo que estamos dejando en el camino.

Hace tiempo que vengo observando tendencias anti identidad en nuestro "Pueblo Grande", y a pesar de lo que nos regala la topografía, más una corriente de visitantes que nos incita a que "seamos nosotros mismos", es palpable que a la mayoría no le interesa.

Esta nota de un querido amigo, me despertó a varios recuerdos, suscitando no pocas nostalgias.

TEATRO CERVANTES

Otro paso hacia la muerte cultural…

La Sociedad Española de Socorros Mutuos, fundada el 8 de diciembre de 1873, es la institución más antigua de su tipo en Tandil y con el Club Hípico constituyen las de origen más temprano en nuestra historia tandilense,

Modelo en su momento, fue el fruto de los desvelos de una colectividad activa e inquieta, de la que me siento orgulloso que mi abuelo materno, Manuel González Castro, participara intensamente.

Aquella Sociedad Española pronto levantó en Gral. Rodríguez al 500 su sede propia a principios de la década del '80 del siglo XIX y pocos años más tarde-en 1884-aprobó edificar una sala teatral de la que Tandil carecía.

Sus esfuerzos permitieron inaugurarla el 8 de diciembre de 1887, con motivo de un nuevo aniversario, el 14º. Fue el primer teatro al que en 1916 lo bautizaron con el nombre de la pluma más grande de habla hispana CERVANTES.

No conforme con ello, y ante el crecimiento de la institución, la modificaron-en realidad hicieron otra- que desde1924 llegó hasta estos tristes días.

Allí con su frente enhiesto y bello, cobijó desde mitines políticos a zarzuelas, operetas, conciertos, conferencias, fiestas de egresos secundarios, teatro, cine, presentación de inolvidables figuras como la de Carlos Gardel que cantó allí en su tercera o cuarta ( hay discusión si estuvo o no en 1916) después de su visita presunta en 1916 y 1918 y 1922.

Fue el 1 de junio de 1924 a sala llena según atestiguan crónicas de la época, cobijándolo después el 19 de febrero de 1930 y en la que sería- sin saberlo- su despedida antes del accidente de Medellín, el 28 de mayo de 1933. Pasaron artistas formidables, talentos nacionales e internacionales que lo elogiaron-recuerdo cuando el director de la Camerata Bariloche me dijo que su acústica era muy buena- hasta llegar a estos cercanos días en que el cine-teatro, ya llamado Colonial ( por esa nefasta costumbre de cambiar nombres por cambiarlos, al igual que ocurrió con el Estrada), y ante apremios financieros transformaron esa maravilla en ¡una discoteca! , Studio 51, que dejó la sala poco menos que en ruinas.

Después tibios intentos que no fructificaron por la falta de energía y decisión de los dueños, los gobiernos y nosotros; el pueblo, posibilitaron su cierre. Casi cadáver, sólo faltaba el ataúd metafórico que ahora parece tenerlo para darle sepultura indigna, en medio de un cerrado mutismo que presagia lo peor.

Si bien la Ordenanza de Preservación del patrimonio histórico-cultural lo "protege" y la llamada Ley del Teatro también, sabemos adonde van a parar esas normas cuando reina la impunidad y los pesitos (buenos pesitos) corren…

Tandil- que ya perdió el viejo Italiano-Super Cine, hoy desolado páramo pos demolición-no tiene un TEATRO (con mayúsculas) y salvo el reciclado de la Confraternidad (ejemplar) y el ex Estrada y la sala de El Cielito que en realidad no tienen las estructuras definidas como para denominarlas, con total propiedad, teatrales, carecemos de un lugar adecuado. Una paradoja ahora que la Universidad creó su Facultad de Arte sobre la base de la Escuela de Teatro…

Si Azul pudo con su magnífico Teatro Español ¿por qué Tandil no?

Todos los días enterramos o volamos un poquito de nuestra identidad- ni hablar de las sierras-no será la hora de decir ¡BASTA!

NADA DE REQUIEM PONGAMOS LA MARCHA TRIUNFAL DE AÍDA, LA OBERTURA 1812, EL ALELUYA DE HAENDEL… CUALQUIER MÚSICA- SI VALE LA METÁFORA-PERO QUE NO TENGAMOS QUE LLORAR ALGO QUE PUDO Y PUEDE EVITARSE

Daniel Eduardo Pérez

Presidente

Junta de Estudios Históricos de Tandil


Y siguieron pasando figuras dentro de mi pensamiento que automáticamente generaban preguntas. Hay cambios necesarios que responden a exigencias de "aggioranmientos" propios de la evolución y otros incomprensibles, estáticos e inútiles.

Nuestro "Pueblo Grande" tiene una historia rica, una joven historia con matices culturales importantísimos de regionalidad que nos descubre definidos; y que a pesar de que la mayoría de los actores responsables detenten su condición de NyC (nacido y criado) la indiferencia a lo hecho por los pioneros en muchos casos, nos deriva a buscar raíces en las imágenes y escritos de archivo.

La historia de un pueblo son sus raíces, ¿por qué privarnos y privar de reconocerla en sus obras?

Volviendo a la nostalgia recuerdo la avenida Machado y a la avenida Colón, con su bulevar de palmeras, el reloj de Santamarina y España, la garita de Pinto y Rodriguez, la sala adjunta del primer molino harinero de Fugl detrás del muro de contención del Lago del Fuerte, la sede de la Alianza Francesa a la que la mezquindad no rescató ni su frente, dando paso a un insulso paredón escondiendo una playa de estacionamiento, el levantamiento del 100% del tren de trocha angosta que circulaba a las canteras, la destrucción de los caminos artesanales hechos por los primeros picapedreros y tantas otras cosas más que seguramente mucha gente con más conocimiento y memoria pueden agregar.

Tandil está destinado a crecer y dependerá de nuestra responsabilidad "el como. Rescato el sub título de Daniel, "Otro paso hacia la muerte cultural...", el camino hacia ella es la decadencia y crecer bajo esos términos puede ser desastroso. La indiferencia es el primer paso a la decadencia, es el principio de la negación y un escudo para no tomar responsabilidades; puede ser problema de falta de educación o de consentimiento social pero inevitablemente seguiremos declinando si no reaccionamos. Hace bastante tiempo Gilbert Becaud denunciaba en una canción esta enfermedad social, LA INDIFERENCIA (L´INDIFFÉRENCE).

Bueno, bueno…como reza el dicho se me cayeron los tacos, ¡los tacos del almanaque encima!

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Gracias por publicar mi nota sobre el Cervantes. Lo que dices en tu aporte es no solamente correcto, sino motivo indispensable para la supervivencia de nuestras culturas.
Gracias por dar la importancia que corresponde a estas cosas que para muchos aparece como desechables
Daniel

Anónimo dijo...

Hola Hector!

Fijate que yo pienso que es un poco al revés, veo la gente amiga cada dia mas interesada en su propia identidad, que por supuesto incluye sus origenes y los origenes de su ciudad.

No vamos a hacer porcentajes, y por supuesto que para estar en este tema tenés que tener una cierta capacidad, pero veo como esa tendencia se va afirmando.

Es un poco el caso de la persona que es Argentino de tercera generacion y sin embargo te hablan con amor del pueblito de donde vinieron los Tanos o Gallegos originales.

Hay algunos deportes que tienen un poco de eso. Vos sabés como se esta popularizando en todo el mundo el tiro con arco? Y si eso no es una vuelta al pasado y a la identidad original...

Saludos desde Fray Bentos de

Alfredo Cruz

PD: No, no tengo nada que ver con un delirante que vive en Rosario!

il Franchese dijo...

Hola Alfredo:
Antes que nada gracias por haber leído mi posteo.
A veces quiero creer lo que vos mencionas, pero lo que pasa en el pago chico, es un reflejo de lo que enseña y lo que pasa en las grandes urbes.
Hace rato que pienso que hay mucho más de "lo que me gustaría que sea" que de compromiso.
Igualmente si no pasara lo que dices, no llegaríamos a contrarrestar lo que está pasando. Deseo este final lo antes posible...y para cuando pueda alojarlos (a vos y a tu mujer) en este "pueblo grande", me gustaría tener el tiempo suficiente para mostrarles lo que es nuestro pago.
Un abrazo
Héctor